"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo." Don Francisco de Quevedo.

BARRA DE BUSQUEDA

viernes, 15 de julio de 2011

POESÍA QUE PROMETE: Vida y voz de los mejores muertos...


"Gota insolente. Has acariciado su rostro pero te has fundido con el fuego de la antorcha. Siendo tu destino caer no has aprendido a capitular.

Rendida debías aparecer y, sin embargo, te atreves a mostrar sin ostentación alguna que la verticalidad de tu caída no es rendición sino provocación y reclamo.

Gota insolente. Tú sola, en tu lluvia pero sola, has acariciado el rostro del alma sin ideales, mero amor de sí, vencida en su vida, rendida ante su muerte. Tú sola, en tu lluvia pero sola, has sabido mostrarle que el fuego siempre aspira al cielo,
yendo al encuentro íntimo y vertical contigo.

Gota audaz. Me pregunto qué ímpetu hay en ti. Has transfigurado la mueca conturbada y torva del alma sin sueños, vencida en su vida y rendida ante su muerte, en gesto ordenado, conciso y elevado de perfecto amor y desprecio de sí.

Gota sutil ¿De qué mensaje eras portadora? Sin alarde alguno pero con la justa frescura, has traído el cielo al lugar de las sombras y has sabido fundirte para volver a ascender y recapitularlo todo.

Mediadora cristalina ¿Traes el testimonio de los mártires y de los héroes y muestras el deber y el nervio de la vertical comunión eterna?

Sube ardoroso el fuego de la antorcha. Su incienso asciende y en él fundida te remontas al firmamento. La totalidad de lo celeste, la totalidad de lo telúrico, todo se ha armonizado.

Gota divina, perfecta e irreprochable: lo has conseguido. La guardia celestial saluda con sobriedad imperial tu retorno. Has hecho sentir el honor de los caídos.

Gota divina, perfecta e irreprochable: lo has logrado. La guardia celestial saluda con sobriedad imperial el nuevo gesto ganado. Has hecho emanar del alma reverdecida la disposición al sacrificio así como un perenne ¡gloria a los caídos!"

De Juan Manuel Díaz Torres.
Tomado del libro La densidad del alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario